Para saber correr un ultramaratón (y no morir en el intento) hace falta una buena alimentación/hidratación, una buena estrategia de carrera y la humildad para saber cuando el compañerismo vale más que el tiempo en el reloj.
De lo que más me preocupo antes de salir a correr una distancia larga es de saber exactamente qué voy a comer y tomar a cada hora. Luego me dedico a estudiar la ruta para saber en qué trayectos debo guardarme y cuando me puedo exigir más, pero lo más importante es saber que toda esa planificación puede fallar y hay que ir preparado también para eso.
Quienes deciden asumir una distancia ultra saben que cualquier cosa puede pasar, por tanto lo más importante, y lo que cada competencia suma a nuestra preparación, es la experiencia. Se pueden tener muchos trofeos y medallas, pero la experiencia vivida es lo que te hará un mejor corredor cada vez.
El éxito no lo premia un trofeo
Saber decidir te llevará por el camino del éxito. Pero no el éxito que se premia con un trofeo, sino esa sensación de gloria de pisar una meta habiendo disfrutado el camino porque elegiste bien tus medias, tus zapatos, la marca de tus geles o la comida que cenaste. Cualquier mínimo detalle puede convertir tu carrera en un infierno.
Es por eso la importancia de las decisiones que se toman y en las que el mayor peso lo tiene la experiencia. De eso se trata esto de sumar kilómetros, de aprender lecciones y saber aplicarlas luego.
¿Y quienes corren por primera vez? Si cumplieron con una buena preparación, todas esas lecciones (las que pueden arruinarte una carrera) se aprendieron entrenando; sin poner en riesgo una meta, una medalla, o peor aún, terminar con una lesión.
Siempre que decidas correr, busca sumar buenas experiencias. Eso no te lo darán los kilómetros, te lo dará cada decisión acertada que hayas aprendido a tomar.