Todavía recuerdo la primera vez que fui a la montaña sola. Me atreví después de haber perdido varios entrenamientos por no encontrar a nadie que me acompañara ya que en ese entonces no habían tantas personas haciendo trailrunning como ahora.
Fue un entrenamiento bastante corto pero para mi fue una total aventura. Descubrí tantas cosas de mi misma que se sintió como una expedición de una semana (que exagerada jajaja) Deben haber sido apenas unos 7 ú 8 kilómetros que ya conocía muy bien, pero la duda me hizo verlos eternos y olvidarme del camino varias veces.
La montaña para las mujeres suele ser una experiencia distinta. No solo porque nos sentimos poderosas, fuertes y arriesgadas, sino porque conectamos con ella desde algo que se ha vuelto tan común para nosotras como es vencer los miedos y demostrarnos que sí podemos.
Ser mujer es una constante búsqueda de nuestra fuerza interior. La naturaleza nos conecta con nuestra esencia y nos enseña a vencer las debilidades pero también nos regala algo tan maravilloso como es confiar en nosotras y en nuestros instintos.
En lo particular, vencer los miedos a los que me enfrenta la montaña me ha enseñado también a vencer mis propios temores en la vida diaria. Recuerdo haberme atrevido a escribir un ebook sobre Saber Correr con un monstruo frente a mi que me decía ¿Qué vas a saber tú de eso? ¿Quién eres tú para decirle a la gente cómo correr?
Estaba sentada frente a la computadora y al lado izquierdo de mi escritorio tenía una ventana con el Ávila de fondo (“parecía la TV” como dice la canción) Era ella, la montaña diciéndome “Dale que tú puedes” (Si, para mi la montaña es y siempre será mujer) Me paré, abrí la cortina de par en par y me cambié de lugar para tenerla de frente.
Unas cuantas horas más tarde se había hecho de noche y ya la montaña no se veía. El primer borrador de la Guía básica para Saber Correr, estaba listo y todo había salido de mi cabeza, producto de mis experiencias que una a una han ido sumando confianza, coraje y audacia para creerme capaz.
Culminar ese Ebook le dio luz verde a mi página web, el espacio en el que están leyendo estas líneas y que desde hace varios años ya me ha llevado a conectar con centenares de personas que hoy reciben en sus correos mis emociones más profundas convertidas en letras.
La montaña es mujer. Que no te quede la menor duda de eso la próxima vez que sientas miedo de visitarla. Siente su esencia femenina y conecta con el poder que te regala en cada paso. El miedo no es más que tu resistencia a descubrir todo el valor que llevas dentro y que te hace invencible.
Mujeres… nos vemos en la montaña.